La carreta fantasma: cien años a la sombra de la guadaña (Libro y película)


Se cumple un siglo desde el estreno de La carreta fantasma (1921), la película muda que marcó a autores como Bergman Kubrick. Dirigida por Victor Sjöström, lleva a la pantalla el relato de Selma Lagerlöfla primera mujer galardonada con el premio Nobel de Literatura (1909). Se trata de una historia de redención cercana por su tema a Cuento de Navidad de Dickens pero mucho más oscura en su tono. Los efectos visuales, a cargo de Julius Jaenzon, hacen de este filme una obra maestra dentro del cine sueco y universal.



La carreta fantasma: de la página a la pantalla

Aunque su nombre no nos resulte familiar, Selma Lagerlöf es una escritora de una enorme relevancia literaria. Su producción coincidió con los comienzos del cine y nada menos que ocho de sus obras fueron adaptadas a la pantalla, entre las que destaca La carreta fantasma. En este breve relato la autora se aleja de la corriente realista del momento para, partiendo del motivo folklórico del conductor del carro de la muerte, hacer una crítica social sobre la pobreza, la violencia y el alcoholismo, del que su propio padre fue víctima.

Por primera vez contamos en castellano con una traducción directa desde el sueco a cargo de la Editorial Tésera, que se pondrá a la venta en los próximos días.

Victor Sjöström demostró una singular maestría a la hora de trasladar a imágenes las palabras de Selma Lagerlöf. Los efectos especiales, a cargo de su director de fotografía, Julius Jaenzon, son un hito en la historia del cine. El uso de la superposición para representar las apariciones fantasmagóricas, los flashbacks, la yuxtaposición de fotogramas con finalidad metafórica dotan a esta película de una  sofisticación técnica y narrativa impactante para su época. El propio Bergman realizó un telefilm titulado Creadores de imágenes (2000) en el que se recrean los conflictos entre Lagerlöf y Sjöström a causa de la adaptación del relato.




La sombra de la guadaña

Desde el día de su estreno, el 1 de enero de 1921, que coincide con el día en que transcurre la acción, hasta hoy, La carreta fantasma ha marcado una forma de hacer y entender el séptimo arte. La impronta de esta obra cumbre dentro de la Edad de Oro del Cine Sueco se percibe de forma clara en Ingmar Bergman, que cuenta con el propio Victor Sjöström en Hacia la felicidad y, especialmente, en la memorable Fresas salvajes, donde la emblemática escena onírica rinde un claro homenaje a La carreta fantasma. También la inolvidable forma de representar a la Muerte en El séptimo sello es deudora de esta.

Sin embargo, es en El Resplandor de Stanley Kubrick y en la icónica escena de Jack Torrance tirando abajo con un hacha la puerta del baño en el que se encuentran aterrados su mujer e hijo, donde encontramos una recreación prácticamente plano a plano de una secuencia similar en La carreta fantasma. La potencia de estas imágenes, grabadas a fuego en la retina de muchos amantes del cine, denotan la modernidad de la obra original.



Conclusión de La carreta fantasma

La relación entre la literatura y el cine ha sido enriquecedora y fructífera en ambas direcciones durante ya más de un siglo. La carreta fantasma es pionera en traducir palabras al recién nacido lenguaje cinematográfico, utilizando con maestría recursos visuales inauditos hasta el momento para crear una atmósfera sobrenatural y aterradora. Tanto por su tono, como por los temas que trata (violencia de género, epidemias, alcoholismo) y la forma en que lo hace resulta una propuesta audaz, moderna y original y un clásico que merece la pena recuperar.

Publicado en Cinemagavia 

 

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