El médico de Budapest de István Szabó: la música de un corazón que late pese a todo



El médico de Budapest ofrece un drama con tintes de humor sobre la honestidad y la complejidad de las relaciones humanas en la Hungría rural. Supone el regreso  de su director y guionista, el aclamado István Szabó (Mephisto) y de su protagonista, Klaus Maria Brandauer (Memorias de África). Estreno en salas de cine españolas el 13 de agosto de 2021 de la mano de A Contracorriente Films.

María Zapata Clavería

Regreso a casa

El regreso del doctor Stephanus, reputado cardiólogo inesperadamente jubilado, a su hogar natal, está lleno de reencuentros y de desencuentros. Estos desencadenan una serie de conflictos que desestabilizan el delicado tejido afectivo del pueblo. Como un Ulises de regreso a una Ítaca que no lo espera, el doctor Stephanus ha de plantearse el lugar que ha venido a ocupar.

El enfrentamiento con el alcalde (András Stohl) por la construcción del balneario parece conducirnos hacia cuestionamientos políticos similares a Un enemigo del pueblo de Ibsen. Sin embargo, en este sentido la película se queda descafeinada. El maniqueísmo con que está construido el antagonista desplaza el interés hacia lo afectivo. Sí plantea como telón de fondo importantes problemas. La corrupción, un sistema de pensiones ineficiente, el desmantelamiento de la sanidad, el envejecimiento de la población, la emigración de los jóvenes son lacras que impiden el bienestar individual y colectivo. La maledicencia termina dar la puntilla a un mundo donde no estamos seguros de que tenga cabida la honestidad.

El médico de Budapest es además una historia de amor a cuatro bandas. La profesión médica, la música, las mujeres y la amistad son los pilares afectivos del protagonista. Tres son las mujeres en el corazón de Stephanus: su esposa (Dorottya Udvaros), su novia de juventud (Ági Szirtes) y la profesora (Éva Kerekes). Su amigo de infancia (Károly Eperjes), que le acompaña y sirve de contrapunto, comparte con él algunas de las escenas más memorables.

La música como leitmotiv

Destaca la interpretación de Brandauer, que sostiene todo el peso del relato, y que hace gala de su talento como cantante lírico en varias escenas. Resultan entrañables también el elenco de secundarios, que dotan de un gran colorido a la película.

La puesta en escena es sencilla y coherente con la historia que cuenta. Tiene una estupenda banda sonora en la que sobresalen piezas operísticas y clásicas que maridan notablemente con el paisaje emocional de los protagonistas.

Conclusión de El médico de Budapest

El médico de Budapest es una historia sencilla que nos habla sobre honestidad, pero también sobre afectos y vocaciones tardías. Su planteamiento, a priori manido, nos ofrece, sin embargo, un visionado muy agradable gracias, sobre todo, al talento interpretativo de Klaus Maria Brandauer.

Publicado en Cinemagavia

 





 


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